Fuente: UIS.
Un estudio sobre las características del consumo de alcohol y de los consumidores en los adultos de Bucaramanga dio como resultado que el 83% de los hombres y el 54% de las mujeres encuestadas consumen alcohol regularmente. Esta investigación fue desarrollada por el grupo de investigación Observatorio Epidemiológico de Enfermedades Cardiovasculares de la Facultad de Salud de la Universidad Industrial de Santander, dirigido por el Dr. Óscar Herrán.
El objetivo del estudio fue profundizar en el conocimiento de las posibles causas que llevan a las personas a iniciarse en el consumo de alcohol y que una vez iniciadas, establecen un patrón de consumo que las considerada consumidores problemáticos o incluso como alcohólicos. La muestra de referencia del estudio fue de 1200 sujetos entre 18 y 60 años.
La investigación permitió concluir que en el grupo de consumidores la ingesta de alcohol es excesiva en más del 70% de los hombres y en el 40% de las mujeres, alcanzándose incluso niveles considerados como tóxicos, lo que equivale a 15 cervezas ó más, o una botella de aguardiente o ron, por persona y ocasión. El consumo se hace en el 12% de los sujetos con una frecuencia semanal, en el 10% de quincenal y en el restante 78% de mensual. Consecuencia de este comportamiento es que el 21% de los hombres y el 7,2% de las mujeres presentan un patrón de consumo problemático diferente a la dependencia y el 16% de los hombres y el 5% de las mujeres pueden considerarse como alcohólicos.
Entre los consumidores, el 42.2% presenta un patrón de consumo de alcohol deseable o tipo A, mientras que en el 40% de los casos es excesivo o tipo B. El 20% restante pertenece al tipo C, caracterizado por consumo excesivo además de alcoholismo, y como consecuencia en el último año el 14% de estos ha tenido problemas, ya sea con su familia, amigos o la autoridad, accidentes de tránsito o han incurrido en conductas de riesgo para con él mismo u otras personas.
Esto nos lleva a considerar “que los adultos de Bucaramanga con expectativas positivas hacia el consumo de alcohol, o dicho de otra forma, aquellos que esperan consecuencias gratificantes relacionadas con la expresividad y la sexualidad tienen 60% más probabilidad de convertirse en un consumidor tipo C, que aquellos que no. Con relación a los sujetos con expectativas positivas o gratificantes y relacionadas con la desinhibición y los sentimientos de poder, este riesgo es mayor, ya que tienen un 220% más probabilidad de convertirse en consumidores tipo B ó C”, señaló el Dr. Oscar Herrán.
Entre los menores de 24 años la cantidad de alcohol consumida es mayor, el consumo problemático y el alcoholismo es mayor en el grupo de edad de 25 a 39 años. Tener más de 40 años, es factor protector para ser clasificado consumidor tipo B o C. Los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres de ser clasificados en tipología B ó C, al igual que los sujetos que manifestaron gusto moderado o elevado por las bebidas alcohólicas.
El consumo de alcohol en la sociedad occidental es altamente valorado. Sin embargo, el consumo excesivo por ocasión origina alteraciones tanto en el individuo como de su entorno social, que en términos de la salud pública son reconocidas como problemáticas. El consumo problemático involucra al menos tres conceptos, el de consumidor excesivo, el de consumidor con problemática diferente a la dependencia y el de alcohol dependiente o alcohólico.
Un estudio sobre las características del consumo de alcohol y de los consumidores en los adultos de Bucaramanga dio como resultado que el 83% de los hombres y el 54% de las mujeres encuestadas consumen alcohol regularmente. Esta investigación fue desarrollada por el grupo de investigación Observatorio Epidemiológico de Enfermedades Cardiovasculares de la Facultad de Salud de la Universidad Industrial de Santander, dirigido por el Dr. Óscar Herrán.
El objetivo del estudio fue profundizar en el conocimiento de las posibles causas que llevan a las personas a iniciarse en el consumo de alcohol y que una vez iniciadas, establecen un patrón de consumo que las considerada consumidores problemáticos o incluso como alcohólicos. La muestra de referencia del estudio fue de 1200 sujetos entre 18 y 60 años.
La investigación permitió concluir que en el grupo de consumidores la ingesta de alcohol es excesiva en más del 70% de los hombres y en el 40% de las mujeres, alcanzándose incluso niveles considerados como tóxicos, lo que equivale a 15 cervezas ó más, o una botella de aguardiente o ron, por persona y ocasión. El consumo se hace en el 12% de los sujetos con una frecuencia semanal, en el 10% de quincenal y en el restante 78% de mensual. Consecuencia de este comportamiento es que el 21% de los hombres y el 7,2% de las mujeres presentan un patrón de consumo problemático diferente a la dependencia y el 16% de los hombres y el 5% de las mujeres pueden considerarse como alcohólicos.
Entre los consumidores, el 42.2% presenta un patrón de consumo de alcohol deseable o tipo A, mientras que en el 40% de los casos es excesivo o tipo B. El 20% restante pertenece al tipo C, caracterizado por consumo excesivo además de alcoholismo, y como consecuencia en el último año el 14% de estos ha tenido problemas, ya sea con su familia, amigos o la autoridad, accidentes de tránsito o han incurrido en conductas de riesgo para con él mismo u otras personas.
Esto nos lleva a considerar “que los adultos de Bucaramanga con expectativas positivas hacia el consumo de alcohol, o dicho de otra forma, aquellos que esperan consecuencias gratificantes relacionadas con la expresividad y la sexualidad tienen 60% más probabilidad de convertirse en un consumidor tipo C, que aquellos que no. Con relación a los sujetos con expectativas positivas o gratificantes y relacionadas con la desinhibición y los sentimientos de poder, este riesgo es mayor, ya que tienen un 220% más probabilidad de convertirse en consumidores tipo B ó C”, señaló el Dr. Oscar Herrán.
Entre los menores de 24 años la cantidad de alcohol consumida es mayor, el consumo problemático y el alcoholismo es mayor en el grupo de edad de 25 a 39 años. Tener más de 40 años, es factor protector para ser clasificado consumidor tipo B o C. Los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres de ser clasificados en tipología B ó C, al igual que los sujetos que manifestaron gusto moderado o elevado por las bebidas alcohólicas.
El consumo de alcohol en la sociedad occidental es altamente valorado. Sin embargo, el consumo excesivo por ocasión origina alteraciones tanto en el individuo como de su entorno social, que en términos de la salud pública son reconocidas como problemáticas. El consumo problemático involucra al menos tres conceptos, el de consumidor excesivo, el de consumidor con problemática diferente a la dependencia y el de alcohol dependiente o alcohólico.
Para el grupo de investigación Observatorio Epidemiológico de Enfermedades Cardiovasculares, estos resultados, entre otros, permitirán el diseño, implementación y evaluación de campañas de prevención en escolares y adolescentes de Bucaramanga y el Área Metropolitana. El estudio fue cofinanciado por la UIS y Colciencias.
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